martes, 7 de octubre de 2008

Nothing else matters...

Este sabado pasado fue un dia que recordare por un buen tiempo, ya que paso algo que tal vez no se dieron cuenta los demas por que pues no conosian a mi vecino, pero fue algo bastante raro, triste mas que nada, un esenario surreal. Me entere de todo ya cuando habiamos terminado de tocar y mi ma me dijo que habia pasado ese dia, algo que ya estaba cerca y yo consideraba que ya era tiempo de que esa persona tubiera un descanzo, y me refiero a mi vecino el señor Don Vicente, compañero de muchas andanzas de mi abuelito Alfredo, pero que por su avanzada edad ya solo podia estar en su cama, sin hacer nada, solo, ya que algunas sus hijos ya no lo visitaban, solo uno de ellos se preocupaba por el, pero no solia estar en casa todo el dia, asi que el señor vivio sus ultimos dias en la oscuridad de su cuarto, falto de oido, sin poder moverse mucho, no obstante sin muchas ganas de hacerlo. Entonces ese dia, ignorantes nosotros de lo que pasaria ese dia decidimos ensayar por primera vez en la azotea de la casa a la Beatles style, entonces como si nada nos pusimos a echar desmadre, a jugar, a gritar y a tocar, despues compramos chelas y cigarros para amenizar y todo entonces llovio y nos tubimos que bajar. Pero entonces es cuando me entero de este suseso, y me doy cuenta de que todo lo que paso fue en esas mismas horas, me doy cuenta de que tal vez lo ultimo que pudo escuchar antes de partir fue nuestra ineludible presencia, nuestras voces y nuestros sonidos, y eso me hace sentir tan pero tan raro, ya que nosotros inadvertidos de esto, haciamos lo nuestro con alegria, con desfachatez, como burlandonos de la muerte, armando un esenario sin correspondencia a lo que pasaba a dos azoteas mas alla, solo puedo pensar en que no creo que la forma en la que esta persona de despidio de este mundo fuera la adecuada, o almenos no una que desearia, en mi cama sufriendo, sabiendo que el fin esta cerca, que nadie estara a mi lado en el minuto que muera y para finalizar, escuchando a un grupo de adolescentes riendo descuidadamente, como dandome a entender que el mundo ni siquiera me estrañara o recordara cuando yo ya no este aqui.

Y a lo largo del dia recuerdo que llego uno de los hijos del señor Vicente, que cuando subio y nos escucho, volteo a mi y me saludo con una sonrisa antes de entrar a su casa, para minutos despues salir por donde entro, pero esta vez no sonreia, y yo lo vi como si nada, sin imaginarme que el habia sido el primero en descubrir que su padre ya no estaba con nosotros; fue despues que llegaron mas personas, un par de mujeres y otro hombre y aun seguia sin saber quienes eran y por que estaban ahi, preguntandome por que caminaban de un lado a otro, hablando por telefono, turnandose para estar a solas, entonces todos esos recuerdos me dieron un sentimiento atroz al tomar forma, al explicarse por que paso todo eso. Forzados a terminar lo nuestro por nubes negras que vinieron a callarnos, extrañamente por que no habia llovido por aqui desda hacia ya un rato, entonces justo cuando calleron las primera gotas nos dimos el capricho de no irnos sin tocar una ultima cancion, una cancion que por primera vez tocabamos: Nothing Else Matters. Esto fue el detalle que marco el dia, ya que por azares del destino, como si nos disculparamos por nuestra inpertinecia, tocamos una cancion de toques melancolicos, en una tarde nublada, una cancion que me calma, que al menos a mi me gustaria escuchar en mis ultimos minutos de vida, y fue despues de eso que nos metimos a la casa, aun sin saber lo que teniamos frente a nosotros. Mi madre despues me conto que los otros hijos de don Vicente no lo visitaban, que llegaron ahi despues de años de no saber nada de su padre sino hasta el momento de su muerte, y contrastando en un cuadro muy triste, tambien me conto sobre los gatitos que tenian en la casa, gatitos chiquitos, y uno de ellos se solia subir a su cama y dormirse junto al señor, pero despues de ese dia, la criaturita se subia a la cama y caminaba en cirulos maullando hasta que despues de horas se cansaba de hacerlo y terminaba durmiendo en el lugar de la cama en el que siempre se dormia, lo hacia todos los dias, teniendo en su mentesilla de gatito ese olor que faltaba, algo que ya no estaba, algo que extrañaria, algo que tal ves los hijos del señor no sentirian.

Solo espero que despues de todo esto, don Vicente ahora descanse en paz, que este tranquilo, y si es que existe un mundo despues de la vida, espero que pueda encontrarse con las personas que se fueron antes que el, sin guardar rencor, sin miedos nunca mas.

PD. Me pregunto si tambien le hubiera gustado escuchar la cancion...